miércoles, 23 de enero de 2008

Algunos apuntes sobre la filosofía de Francis Fukuyama

CONTAR DESDE LA AMABLE DISTANCIA
UN TIEMPO PARA LA FORTUNA,
UN PUNTO DESDE EL QUE CONQUISTAR
AÑOS ENTEROS DE SUFICIENCIA HUMANA.


Se tiene la idea de que el presente es capaz de abarcar el futuro, de explicarlo y asumirlo como un fenómeno, de apropiárselo. A cambio, el futuro le prometerá al hombre una explicación de la totalidad acontecida que fue el presente.
Nos queda ante esta verdad una extraña sensación de vacío, la capacidad del hombre para explicárselo todo se queda sola, en medio de un desierto sin dimensiones, y esto es porque la racionalidad ya no tiene el suficiente grado como para motivar la capacidad humana para dar cuenta de su medio. El criterio racional que todo lo quería absorber en la Ilustración, esa innovación racionalizadora, se ha desplegado durante dos siglos que han luchado conscientemente por su causa.
La triste historia del hombre se representa en esta incapacidad racional para tomar el presente y proyectarlo hacia el futuro, es decir, en la capacidad de la razón para explicar los hechos.
Francis Fukuyama señala el ensusiasmo engañifo que sustituye a esta estafa racional, plagada de contradicciones y paradojas, producto al mismo tiempo la ilusión de un lenguaje plagado de sentidos y referencias, de fenómenos y hechos que garantizan la preservación de la materia y de su forma de proceder.
Recordemos la distinción entre materia y forma de Aristóteles, pero recordémosla teniéndola presente, de lo contrario el lenguaje nos engañará y lo hará porque él mismo no es capaz de ofrecer lo que le exigimos, a saber, la total asunción de lo material. Para dar cuenta mejor de esta distinción pensemos en el lenguaje como subsunción, entendamos que su función es parecida a la función del concepto con respecto al objeto: el concepto subsume, reduce, acota, recorta, el objeto, con el objetivo de dominarlo, y esta es la función – si se me permite – estructurarial del lenguaje, sabiendo además que se trata de un símil, porque no podemos tratar como dos relaciones iguales las que se dan entre el objeto y concepto y entre el objeto y el término lingüístico que lo refiere (B. Russell).

La actividad sustitutiva de la engañifa racional según F. Fukuyama es la actividad lúdica, durante la cual la sensación del tiempo y el espacio se modifican, se virtualizan, se llevan al terreno de la imaginación que se distrae y se distrae infinitamente en un determinado y corto periodo de espacio y de tiempo. Imaginemos esas grandes salas llenas de jóvenes jugando a videojuegos, programados a unas resoluciones de imagen cada vez más parecidas al mundo real y con una complejidad que amplía cada vez más la sensación de acción libre del sujeto que interactúa en esas reglas de juego.

¿Cabe pensar en alguna decisión a este respecto? En realidad se tiene la duda de que haya que buscar alguna solución. La técnica avanza a pasos tan enormes que es imposible entender sus topes, si los tiene.
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2 comentarios:

GIANNINA ZEGARRA dijo...

Primero felicitar la calidad y alcanse de este artículo, sin duda es cierto lo dicho por Francis y creo la gran mayoria de personas viven quejandosé de su pasado y maldiciendo el presente, hechandolé la culpa de toda desgracia al gobierno, pero a cambio no pretende esforzarse para mejorar sus condiciones, el problema es la falta de visión y la carencia de valor y coraje para atreverse a conquistar su destino,

Anónimo dijo...

Gracias Giannina, precisamente lo que comentas es lo que más me importaba expresar. Lamentablemente, aquí en España se habla mucho, pero se hace poco -muy típico de talantes mediterráneos-. Lo bueno sería que cada uno de nosotros luchara por cambiar una pequeña porción de todo lo que hay que mejorar en el mundo.
Como dice Erich Fromm, no hay que tener miedo a la "libertad", sino que, como tú dices, hay que armarse de valor y coraje para afrontarla.
Un saludo, Mallika